Cultura
Desfile de silleteros, tradición convertida en Patrimonio Cultural
“Cuando pasan los silleteros es Antioquia la que pasa”, se dice con frecuencia cuando vemos a estos paisas echarse sus silletas, que pesan hasta 70 kilos, al hombro, en una tradición que va de generación en generación, pues para ellos es un orgullo estar allí mostrando la grandeza de ser un “antioqueño de pura cepa”.
Una tradición, que comenzó como una alternativa de movilidad y se convirtió en todo un arte, ha tenido una innegable importancia tanto para Medellín como para Colombia entera. Gracias a ello, el desfile de silleteros fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2013 a través de la Ley 838.
Toda esta fantasía comenzó en 1957, cuando a Don Arturo Uribe Arango se le ocurrió invitar a Medellín a un grupo de silleteros de Santa Elena, para que participaran en un desfile, que tenía como fin mostrar la belleza de las flores y entretener a la comunidad, tarea que ellos realizaban silenciosamente cuando bajaban a la Capital de la eterna primavera a vender sus flores a los habitantes o para adornar los altares de las iglesias.
A la cita acudieron 40 silleteros que se concentraron en el Parque Bolívar, con tan buena aceptación de la sociedad, que un grupo de ciudadanos propuso que los campesinos se organizaran para que realizaran un desfile más vistoso, que se cumpliera por las principales vías de la Bella Villa, con lo que se daba inicio a lo que hoy conocemos como Desfile de Silleteros.
En 1958 el Desfile logra una mayor cobertura de los medios de comunicación y el recorrido, que contó en aquella ocasión con 100 participantes, tomó su punto de partida del Teatro Pablo Tobón Uribe, desplazándose luego por la Avenida La Playa para cruzar la carrera Junín hasta llegar a su destino final en el céntrico Parque Bolívar.
Para mayor comodidad, tanto para el que desplazaba la mercancía, como para quienes se acercaban a comprarla, los campesinos se idearon las silletas, construidas en madera con un espaldar y dos agarraderas que permiten colgarlas a los hombros, como un elemento que les facilitaba cargar grandes cantidades de flores con un menor desgaste físico, objeto que ya en la época de la colonia se habían utilizado para transportar personas por las empinadas montañas antioqueñas.
El uso de la silleta se generalizó y con ésta la palabra silletero se acuñó a quienes se dedicaban a la venta de flores por las calles empedradas de la Medellín de principios del siglo XX.
Los Silleteros: una tradición familiar
Los silleteros, orgullosos de su consagrada actividad en la que reviven las viejas tradiciones paisas, desfilan la variedad de las flores con un atuendo que tampoco pierde la usanza: Las mujeres llevan blusa blanca, pañoleta, falda negra y adornada con flores, delantal blanco, chalina y alpargatas. Los hombres lucen pantalón negro, paruma blanca, camisa blanca, sombrero, ruana negra, alpargatas, machete y carriel.
Debido al alto número de silleros que se fue incrementado año tras año, llevó a los organizadores a ponerle límite a esta situación, y se determinó un máximo de 403 silleteros adultos en cada uno de los desfiles. Sin embargo, muchos de estos campesinos participaban del tradicional Desfile con sus hijos, quienes iban al lado de sus padres con una pequeña silleta a sus espaldas. Por eso, desde 1990 se abrió un cupo para la participación 30 niños silleteros y a partir del 48º Desfile de Silleteros en el 2005 se vincularon 50 jóvenes, teniendo una buena motivación para continuar con esta tradición familiar.
Ellos, en la actualidad no venden las flores en las silletas, lo hacen en puestos fijos en los que ofrecen la más completa variedad de claveles, gladiolos, girasoles, rosas, cartuchos, azucenas, orquídeas, pompones y pinochos; además tienen en común que son seres satisfechos con lo que hacen, que aman y viven de su tierra antioqueña.
Las Silletas:
Las silletas de hoy se fabrican en maderas burdas y troncos delgados, con el fin de aliviar su peso, simplificando la estructura original ya descrita. Destinadas a desaparecer, al igual que el arreglo, las variaciones de diseño y construcción responden a la intención del participante en el desfile, de acuerdo con aquellas categorías que ha establecido el espectáculo, categorías que fueron surgiendo espontáneamente en las primeras ediciones del evento hasta convertirse en modalidades muy virtuosas para la composición y exhibición de la preciosa carga floral. A continuación se describen brevemente.
Silleta Tradicional:
Suele ser la más pequeña y simple en su diseño, pero la que exige mayor creatividad artística en el impacto visual del conjunto.
En una base de ramas de pino y follaje, mediante una trama de ramas flexibles que configuran un enrejado, los ramilletes de flores se disponen en manojos, de la misma manera que se acostumbraba en los tiempos en que se vendían puerta a puerta por las calles de la ciudad. Una variación permite que los manojos se sostengan mediante un sistema de amarres, descansando sobre la base del pino, follaje y musgo, la dimensión mínima de esta silleta es de 70 cm. x 70 cm. Como se dijo, en la silleta tradicional prevalecen el colorido y la frescura de los manojos; la variedad y contrastes determinan la excelencia en este tipo de arreglo.
Silleta Emblemática:
Este tipo de silleta tiene sus variaciones. La primera es mediante la prolongación del entramado básico a manera de rejilla de delgadas varas. La segunda variación se obtiene a partir de modificaciones en el entramado de soporte, produciendo efectos de volumen o figuras. Una tercera modalidad dentro de lo emblemático consiste en adicionar al armazón una base plana de cartón o de icopor, en la cual se realiza primero un dibujo o plantilla para colocar las flores clavadas o pegadas, logrando con ello otras alternativas de expresión y creatividad. Esta última forma es la que posibilita elaborar verdaderas crónicas de la vida local, regional, nacional e internacional, convirtiéndose en instantáneas gráficas de un alto valor comunicativo.
El mérito artístico de la silleta emblemática es comparable al que poseen las estampillas del correo aéreo. Nadie dudará que logra tanta expresión con materiales tan poco convencionales, es de por sí una manifestación de gran habilidad.
Los emblemas patrios y los símbolos religiosos, al igual que retratos de personajes públicos, son fielmente reproducidos en esta categoría de silletas. En diversas ocasiones se han visto esplendorosos y muy complejos motivos que demandan mucho ingenio y un largo proceso de elaboración.
Silleta Monumental:
Cuando cualquiera de las silletas anteriores descritas, es agigantada en sus proporciones de volumen y peso, nos encontramos ante una silleta monumental. En esta modalidad pueden apreciarse las más extraordinarias composiciones florales, que al desplazarse por las calles en el desfile llenan el espacio visual y, cadenciosamente, esparcen su fragancia con generosidad. Varios méritos se reúnen en la silleta monumental. En primer lugar su arquitectura. Con alturas que pueden sobrepasar los cinco metros y una anchura similar, el tejido del armazón se destaca por encima de todas las demás silletas.
De otra parte, la variedad, lozanía y abundancia de flores, espigas y ramas, debe ser colocada con sumo cuidado para lucir adecuadamente la combinación de colores y la longitud de los tallos. Lleva las flores colocadas en ramilletes enteros debe contener mínimo cuatro variedades de flores; además llevará gladiolos y/o espigas. Dimensión mínima 1.50 mt. x 1.80 mt. Esta es la silleta artística por sus arreglos y su tamaño.
Finalmente, el peso de todo el arreglo, que en ocasiones llega hasta los cien kilos y que obliga al silletero hasta ser escoltado por un asistente para evitar que una ráfaga de viento desequilibre a su portador.
Silleta Comercial:
El incremento de las instrucciones y empresas de carácter privado y oficial que se suman al evento anual, se refleja en esta categoría de arreglos florales. Podría decirse que es una modalidad de silleta emblemática que se coloca aparte por el hecho de que su contenido se refiere, exclusivamente, a la reproducción fiel de un logotipo o una marca comercial. En este sentido su mérito no radica en la creatividad sino en la habilidosa reproducción de un modelo establecido en códigos visuales, logotipo, símbolos, etc.
La silleta comercial, destinada al adorno de las sedes institucionales que la financian, se realiza prioritariamente sobre una base de poliestireno con flores que van clavadas o pegadas a esta superficie.
La imagen de los silleteros de Santa Elena ha traspasado fronteras para convertirse en símbolo colombiano a nivel mundial por su creatividad, los colores y las más 80 variedades de flores que hacen parte de sus silletas.